miércoles, 7 de octubre de 2015

Espalda esclava


Espalda que echa de menos
al cuero de tus dedos,
a tu satén, madera y látex
a tu piel, aliento y arte.

Espalda que cierra los ojos
y se dedica a soñarte,
anhelante de tu blanco y tu oro,
añorante de con tu esencia arroparse.

Espalda que extraña el latir
de tu bombeo y sudor
deseando tu nieve y tu sol,
la carne tornada en sentir.

Mi espalda, que es tu espalda
como toda yo, te extraña
y, desnuda, la piel habla
de caricias golpeadas.

Mi espalda, que es tu espalda
tu tacto, son sus alas
y mis huesos crujen y alzan
a mi entrega en tus volandas.

Mi espalda, que es tu espalda
versos da, que por ti claman
rogando la piel soleada,
espalda de una esclava.



3 comentarios:

  1. Tu espalda es preciosa, si, es cierto y sabes que la adoro pero no menos bonitos son tus pechos y tu vientre que tanto me gusta besar y castigar.

    R.

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  2. Totalmente identificada. También derramo en letras todo lo que, a veces, me cuesta expresar ante Él.

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